SIN OBLIGATORIEDAD DE PAGO Si de algo se habla en cada esquina de cada gran ciudad de España es de los parquímetros. Desde que se instalaron, hace ya casi tres años, han ido creciendo las polémicas con el S.E.R (Servicio de Estacionamiento Regulado). No han tardado los ciudadanos en buscar métodos de “pillaje” para no pagar el ticket. Un ejemplo son las protestas justificadas y los consecuentes boicots a las máquinas de los vecinos del barrio madrileño de Carabanchel, donde se ha instalado zonas de pago poco lógicas.

SOLUCIÓN PARA LAS GRANDES CIUDADES

Nacieron como solución práctica para las grandes ciudades. El excesivo nivel de tráfico, las desmesuradas emisiones de dióxido de carbono y la dificultad de aparcar, problemas clásicos de la urbe, quedaban solucionados manejando un microcoche gracias a su maniobrabilidad, bajo consumo y reducidas dimensiones. Pero ahora otra ventaja se ha añadido a esta lista, ya que estos vehículos no tienen obligatoriedad de pago al estacionar en las zonas establecidas para ello.

Frente a la picardía y “sublevación” contra el ayuntamiento están los microcoches, que se están convirtiendo en la mejor solución para ahorrarse esos euros que hacen temblar mensualmente el bolsillo del usuario. Los microcars están considerados vehículos de tipo ciclomotor, en concreto cuadriciclos ligeros. Según la ordenanza de movilidad para la ciudad de Madrid y la ordenanza fiscal reguladora de la tasa por estacionamiento de vehículos en determinadas zonas de la capital, los ciclos, junto a otros vehículos, quedan excluidos de pago y limitación de tiempo en las zonas de estacionamiento regulado.


Por lo tanto, los ayuntamientos consideran que los microcoches están exentos de pagar la tasa de aparcamiento, correspondiente a las famosas zonas azul y verde, establecidas en la capital de España. Como Madrid, otras ciudades del territorio gozan de esta ventaja.

Estos pequeñísimos coches saltaron al mercado como soluciones de utilidad para los usuarios de grandes ciudades que necesitaban aparcar en cualquier sitio y tener, al mismo tiempo, un bajo consumo de combustible; vehículos prácticos, cómodos, y ecológicos.

Una de las marcas que lidera un mercado que ha experimentado un crecimiento del 30%, de 2005 a 2006, es la empresa francesa Microcar, con sus modelos MC1 y MC2. Microcoches que consumen tres litros de combustible a los 100 kilómetros gracias a su sólido motor de 505 cc, que alcanzan la velocidad máxima permitida en ciudad (50 km/h). En próximas fechas la filial española lanzará un novedoso y espectacular prototipo de microcoche, muy dirigido hacia el ocio y cargado de singularidad.

¿Por qué a los microcoches se les considera ciclomotores y no automóviles?

Un microcoche se podría definir como un vehículo de características especiales, diferentes de un turismo convencional. Están contemplados desde el punto de vista de la legislación de forma diferente: no pueden exceder de 350 Kg. de peso, están limitados a una velocidad máxima de 45 Km/h y, sobre todo, tan solo es suficiente la licencia de conducción de ciclomotores para poder conducirlos.